Heredero de ley

03El juez federal Hugo Vaca Narvaja, -cuya familia fue víctima directa del terrorismo de Estado, y protagonista activa en la defensa de la democracia- estuvo en la FFyH, donde brindó la charla “Justicia y Derechos Humanos. Rupturas y continuidades con la última dictadura cívico militar”. La actividad se realizó en el marco de la Semana de la Memoria 2015.

Desde que asumió, en noviembre de 2014 como titular del Juzgado Federal N°3, Hugo Vaca Narvaja no ha pasado inadvertido en los medios de Córdoba. Al poco tiempo de ocupar ese lugar, prohibió las requisas íntimas carcelarias y declaró la inconstitucionalidad de las medidas de aislamiento en la cárcel de Bower.

El 20 de marzo de este año también fue un día movido para Vaca Narvaja. En esa jornada, se conoció que el Juzgado que está a su cargo desestimó la denuncia por «apología del delito» presentada por el legislador Aurelio García Elorrio contra el músico Andrés Calamaro y se comunicó, a su vez, que se había confirmado la identidad de las muestras óseas encontradas en 2014 en los hornos de un predio conocido como “La Ochoa”, dentro del campo del III Cuerpo del Ejército y cercano al Centro Clandestino de Detención La Perla. Se trata de tres estudiantes de Medicina secuestrados y desaparecidos en 1975: Lila Rosa Gómez GranjaRicardo Saibene y Alfredo Felipe Sinópoli. Resta conocer un cuarto patrón genético que debe ser cotejado.

01Durante esa misma tarde, e invitado por Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, el juez Vaca Narvaja se hacía presente en el Pabellón Cepia de Ciudad Universitaria, para brindar su charla:“Justicia y Derechos Humanos. Rupturas y continuidades con la última dictadura cívico militar”. “Es nuestro desafío construir un espacio colectivo para la reflexión y la transformación en pos de una democratización de la vida social. Seguir articulando algunos temas que pusimos en discusión el año pasado para esta fecha junto al fiscal Facundo Trotta en torno a justicia y derechos humanos”, señaló al inicio de la presentación Natalia Bermúdez, flamante coordinadora del Programa de Derechos Humanos de la FFyH. Y en relación al tema puntual de la charla, Bermúdez explicó: “Consideramos que la justicia especialmente, puede ser un fértil camino para reflexionar sobre los logros alcanzados y también cómo estos logros y estas conquistas han marcado un antes y un después, pero paradójicamente también nos obliga a pensar y relativizar las temporalidades entre un pasado y un presente. Las fechas no marcan comienzos y fines taxativos necesariamente, sino que por el contrario tienden a esconder u obturar la comprensión de procesos más amplios, profundos y complejos y especialmente aquellos que se entraman en la vida social, en prácticas, hábitos y moralidades próximas, cotidianas, cercanas. Si entendemos que la violencia del Estado en el presente no es emergente ni una desviación o alguna anomalía de algunos sujetos, sino que resulta constituida por ese pasado, como las prácticas policiales (desapariciones, torturas, allanamientos clandestinos o enfrentamientos simulados) nos interpelan para explicar con otra densidad estas continuidades”

02De manera seguida, tomó la palabra Norma San Nicolás, docente de la FFyH y ex presa política durante la última dictadura. En su intervención, Norma trazo un perfil del  invitado y lo referenció como una persona “de una sensibilidad muy especial en estos temas”. Recordó que el juez es nieto de Hugo Miguel Vaca Narvaja, desaparecido en marzo de 1976, e hijo de Miguel Hugo Vaca Narvaja (quien fue abogado defensor de San Nicolás), detenido a fines de 1975 y alojado en la Unidad Penitenciaria Nº1, de donde fue sacado el 12 de agosto de 1976 y asesinado en un fraguado intento de fuga junto a otros presos. (Ver: La trágica historia de la familia Vaca Narvaja)

Además de Juez Federal, Vaca Narvaja es abogado, especialista en Derecho Procesal Civil y adscripto a la cátedra de Derecho Procesal Constitucional. Fue jefe de la sala civil de la Procuración del Tesoro y asesor letrado de la seccional Córdoba de ANSES. En su carrera se destaca también que fue querellante en los juicios Menéndez II, Videla y La Perla.

09“El hecho de encontrar y establecer quiénes han sido los portadores de esos huesos identificados, nos lleva a terminar con una de las más pesadas cargas de la dictadura cívico militar, que es el tema de los desaparecidos. El desaparecido se mantiene en ese estado hasta que aparece, entonces dentro de la tragedia que significa eso es bueno tener la certeza absoluta de que esa persona falleció”, expresó el Juez, refiriéndose al tema del día y destacó que pidió a los genetistas que resguarden el polvo de los huesos “para poder darle aunque sea una pequeña muestra a los familiares”.

Luego, realizó un minucioso repaso sobre la historia de Córdoba y el país para exponer esas “rupturas y continuidades” que se vienen produciendo desde la última dictadura cívico-militar hasta la actualidad. Según Vaca Narvaja, “la génesis del gobierno militar se dio en Córdoba dos años antes con el Navarrazo”, el golpe policial contra el gobierno constitucional de Ricardo Obregon Cano y Atilio López. “Allí comienza a cambiar la composición de la policía. Se producen políticas represivas orientadas principalmente a los sectores que antes estaban en el gobierno. También se define un enemigo: la subversión”.

Remarcó también que fueron muchas más las víctimas indirectas de la dictadura y que “hasta el día de hoy les cuesta reconocerse como afectadas”. “Porque la afectación no es necesariamente por tener algún familiar desaparecido, puede darse de varias maneras, como las ocurridas en la educación, por ejemplo, con la prohibición de libros”.

La importancia de los juicios

Vaca Narvaja señaló que después de la victoria de Raúl Alfonsín sobre Ítalo Luder en las urnas, Argentina comienza a transitar una nueva etapa. En este tramo, valoró la recuperación institucional de la vida democrática y resaltó el Juicio a las Juntas Militares, producido en1985, como un hecho que posibilitó que mucha personas “que no sabían o no querían saber lo que pasaba en dictadura comenzaran a despabilarse”. Aunque después de esto, dijo, una vez sancionadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final “lamentablemente vivimos un período bastante oprobioso para las políticas de derechos humanos”, alcanzando su punto culmine de impunidad con la implementación de los indultos decretados por Carlos Menem.

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Para Vaca Narvaja, el escenario político cobra otra dirección recién en el año 2003 cuando Néstor Kirchner empieza a cambiar la política de derechos humanos. “Se asume un compromiso inédito con los organismos de Derechos Humanos y se toma la decisión política, creo que una de las más importantes del gobierno kirchnerista, de llevar adelante los juicios por la represión”.

Gracias a estos avances, dijo, en Córdoba se han podido llevar a cabo cinco juicios por delitos de lesa humanidad. “Estos juicios tuvieron muchísimas significaciones, pero quiero resaltar algunas de ellas. En primer lugar, el discurso de la teoría de los dos demonios, que se legitimó a través del prólogo de Ernesto Sábato en el Nunca Más, que rigió durante la década de los 80 y gran parte de los 90, empieza a ser desestructurado”, afirmó.

“La teoría de los dos demonios ha sido totalmente desvirtuada no sólo por los testigos, sino también por los propios imputados, cuando ellos mismos hablan de la cantidad de cifras que tenían los ‘guerrilleros’ al momento del golpe, que no superaba las 1500 personas armadas. Aquí se empieza a caer a pedazos la teoría porque había un Ejército con más de 150 mil integrantes, más todas las fuerzas policiales del país, y hubiera sido sumamente fácil encarcelarlos, someterlos a proceso, condenarlos y no hacía falta una dictadura y el rompimiento del orden constitucional y la sangría que vino después”.

También reconoció que hubo un cambio muy importante también en la presentación de los testigos, ya que muchos se empezaron a asumir como “militantes”. “Estos juicios fueron muy interesantes desde el punto de vista de quienes fueron citados como testigos porque se notó un clarísimo avance en estos testimonios, en la actitud individual de esta gente, primero de prestar su testimonio con una valentía envidiable y después en comenzar a asumirse, primero como militantes, porque todos los testigos, todas las víctimas eran militantes, no eran guerrilleros ni subversivos, eran militantes sociales. Y fue sumamente enriquecedor ver como se produjo este cambio de actitud, en los primeros años defensiva, a una absolutamente reivindicativa”.

Democratizar la policía

06Aunque el partido militar fue “desestructurado” a lo largo de más de 30 años de democracia, Vaca Narvaja sostuvo que donde se da una continuidad de la dictadura es en las fuerzas policiales. “Ningún gobierno desde la recuperación democrática ha tomado el toro por las astas y ha logrado estructurar una policía que sea acorde a la democracia que tenemos. Esta policía no se ha democratizado y la enseñanza se mantiene desde aquellos años con los mismos docentes y programas. Pese a que hay algunos pequeños cambios cosméticos, la policía se encuentra absolutamente determinada para reprimir a ciertos sectores y proteger los intereses de las clases más pudientes. De esta manera se estigmatiza a ciertos sectores de la sociedad, que son los de menos recursos. Creo que esto es la gran asignatura pendiente de la democracia.

Esperamos que en el corto plazo, tanto a nivel nacional como provincial, puedan de una vez por todas hacer de la policía una institución que esté al servicio de la democracia, que tenga objetivos claros, que tenga integrantes formados en la democracia y en los cuáles podamos tener la confianza de sentirnos medianamente seguros”, concluyó.

La trágica historia de la familia Vaca Narvaja

Hugo Vaca Narvaja debe haber contado muchas veces su historia familiar, pero era la primera vez que lo hacía en público, ante un auditorio que lo escuchaba sin distraerse ni un minuto. Lo contaba como si se tratase de una película, pero lo que daba cuenta de que se trataba de una historia real fue el peso de la emoción que lo quebró en varias veces oportunidades. En esos momentos, el hombre de la justicia se permitió hacer una pausa, respirar profundo y tomar agua para poder continuar. Todo surgió ante el pedido de Dardo Alzogaray, vicedecano de la Facultad de Artes de la UNC y a quien conoció en su exilio mexicano.

10Los Vaca Narvaja eran una familia tradicional de Córdoba. Su bisabuelo Jesús fue dueño de grandes extensiones de tierra y ahora su nombre figura en una calle de la localidad de Balnearia. En el caso de su abuelo, Hugo Miguel Vaca Narvaja, fue un abogado, político y militante radical nacido en 1917, que llegó a ser Ministro del Interior de Arturo Frondizi. “Mi abuelo era sumamente católico y tuvo 12 hijos, el más grande era mi padre, que heredó el nombre de su padre y yo también termine llamándome Miguel Hugo. Por suerte para mi hijo decidí terminar con esa tradición familiar”, contó el Juez Federal. Se llama Emiliano. Por Zapata.

A pesar de Hugo fue fundador de la Unión Cívica Radical Intransigente, varios de sus hijos no siguieron el legado paterno. Fernando fue dirigente de la agrupación Montoneros y Miguel Hugo (hijo) fue designado Procurador del Tesoro de la Provincia, durante el gobierno de Obregón Cano. También fue uno de los principales encargados de llevar a los responsables del Navarrazo a la justicia. “Es quien hace la denuncia contra Domingo Navarro. Por eso calculo que la derecha peronista no le perdonó esos actos”, siguió.

El 20 de noviembre de 1975, “Huguito” fue detenido cuando salía de Tribunales Federales, donde estaba haciendo gestiones por la detención de Miguel Ángel Mozé y trasladado al Departamento de Informaciones D2 de la Policía de la Provincia, hasta que el 25 de noviembre fue llevado a la Unidad Penitenciaria Nº1 de Barrio San Martín y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
Asumió Vaca Narvaja, el juez federal que fue víctima del terrorismo de Estado” es el título de la nota publicada en el portal Infojus. Allí, el periodista Waldo Cebrero relata que Luis “Vitin” Baronetto, ex preso político de la UP1 firmó el acta de asunción (junto a Sonia Torres) y luego miró al juez y le dijo: “Por los fusilados. Por tu papá y mi esposa”.

El “papá” era Miguel Hugo Vaca Narvaja y la esposa de Vitín era Marta González de Baronetto. Ambos fueron asesinados en intentos de fuga fraguados cuando eran trasladados desde la UP 1, donde se encontraban detenidos con otros presos políticos.

El abogado de “Huguito” era su propio padre. “Desde la cárcel nos decía que nos vayamos y mi abuelo desde afuera decía que él no se iba a ir teniendo un hijo detenido. Fue desaparecido el 10 de marzo de 1976 y con la desaparición de mi abuelo toda la familia toma nota de la gravedad del hecho y que éramos un blanco móvil importante. Estaba en Córdoba el precedente de la familia Pujadas y pensamos que podíamos ser objeto de la misma acción, por eso se decide abandonar el país”, narró el juez.

Susana Yofre, la mujer de Miguel Hugo Vaca Narvaja, fue la encargada de realizar el operativo para salvar a su familia. “Nos fuimos algunos en tren a Buenos Aires, en ómnibus otros. En ese tren iba parte de la familia y yo como un niño estaba fascinado. Veía a mis tíos y decía “que bueno, vamos todos a Buenos Aires. Un chico de 9 años no tiene idea de la gravedad de la situación”, rememoró y se quebró por primera vez en el relato.

Cuando llegaron a Buenos Aires, los 26 familiares tuvieron que estar diseminados por varios sitios. “En un departamento de un dormitorio dormimos 15 personas y siempre recuerdo que mi tío Enrique durmió sentado en un sillón”.

Entonces llegó el momento de organizar lo que llamaron “operativo invasión al consulado” mexicano. “Nosotros, que estábamos clandestinos teníamos que llegar al consulado sin llamar la atención y pedir el asilo político, entonces fuimos divididos en grupos de dos o tres personas, que comenzamos a llegar al consultado”.

Cuenta Miguel Bonasso en el libro “El presidente que no fue”, la biografía sobre Héctor Cámpora, que “hacía tiempo que el México de Luis Echeverría aparecía ante los ojos castrenses como una nueva Meca de ‘la subversion’” y que ese país “desde los tiempos del presidente Lázaro Cárdenas, siempre tuvo una posición internacional progresista y de puertas abiertas para los perseguidos políticos. Echeverría decidió convertir esa tradición en una de sus banderas”. De esta manera, recibió a los exiliados republicanos españoles, a los chilenos perseguidos por Pinochet y al primer argentino: Rodolfo Puiggrós.

Bonasso también cuenta que antes que llegara Cámpora a la sede del consulado en la calle Arcos 1650, el embajador González Salazar, “había sufrido la invasión multitudinaria de un clan cordobés conducido por una matriarca de gran carácter, Susana Yofre de Vaca Narvaja. Doña Susana había entrado a la sede diplomática con tres de sus hijos, cinco nueras y una docena de nietos”.

12Todo ocurrió en la mañana del 23 de marzo. «Mi abuela y mi tío Gustavo se plantan ante el cónsul: ‘Somos la familia Vaca Narvaja. Venimos a pedir asilo político y no nos vamos hasta que nos den’. Obligados por mi abuela, que tenía un carácter bastante particular, el cónsul habla al embajador y el presidente Echeverría ordenó que nos tenían que dar el asilo político, así que nos pasan a vivir a un altillo en la Embajada de México a los 26”, contó Vaca Narvaja.

Finalmente, el 02 de abril de 1976 abandonan el país. “Nos llevaban al aeropuerto en autos del consulado, acompañados por autos del Ejército y arrastraban sus armas contra el pavimento sacando chispas, esto era bastante intimidatorio y una de las cosas que me quedaron grabadas”, le susurra el recuerdo de ese niño que quedó impactado en su llegada al Distrito Federal. “Tuvimos que aprender a sobrevivir pero los mexicanos se portaron maravillosamente. Aunque el exilio fue muy duro, conservo muchísimos amigos”.

Sin embargo, en la cárcel cordobesa todavía quedaba su padre, que a pesar de que en agosto de 1976 logró la autorización de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que pudiera exiliarse como refugiado político en Francia, fue fusilado junto a Higinio Arnaldo Toranzo y Gustavo Adolfo De Breuil

Semana de la Memoria 2015

Además de esta charla, durante la Semana de la Memoria, desde la FFyH se organizó el «Festival de los pañuelos» en el Teatrino de la Facultad de Artes y se llevó a cabo una intervención artística de pañuelos con el nombre de las víctimas de la violencia institucional en el presente. En esta última actividad, como artistas invitados participaron Manuel Coll, Liliana Di Negro, Luis Gómez, Natalia Colón y Natacha Chauderlot.

Finalmente, en el Museo de Antropología de la UNC, de lunes a viernes de 9 a 17 hs, se puede visitar la muestra “Entre Altares y pancartas. Imágenes, luchas y memorias de la violencia institucional en Córdoba”.

 

Por Pablo Giordana

Fotografías: Irina Morán

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1 comentario

  1. Valoro muchísimo el rol que está cumpliendo la U.N.C. en estos tiempos, especialmente la Fac. de Fil. y Humanidades de la cual fuí dependiente, dado que siendo estudiante de Psicología, nuestra «escuela» se encontraba bajo su jurisdicción. Creo que este tipo de eventos-conferencias prestigian a nuestra universidad, que no solo debe entender como actividades academicas-científicas a las que se proponen desde los grandes centros de Investigación, sino también a aquellas personas que con sus acciones-pensamientos y praxis, dan cuenta de la historia de nuestro entorno más próximo, y de nuestra cotidianidad. Además reflexionar sobre esos hechos nos fortalece, nos enseña, nos capacita, y eso también es poder. Abrazos. Daniel

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