Recuperan documentos y fotografías del Cura Brochero

006La Iglesia Católica beatificará la figura del «Cura Gaucho» en septiembre. De manera paralela, un equipo compuesto por docentes, egresados y estudiantes de la Escuela de Archivología  de la UNC trabajan desde hace un año en el archivo y la biblioteca del Museo Brocheriano, que se encuentra ubicado en la localidad de traslasierra que lleva su nombre. En noviembre se presentará el proyecto finalizado a toda la comunidad y además preparan un documental.

Desde octubre de 2012 se lleva a cabo el proyecto de extensión “Recuperación del archivo y biblioteca del Museo Brocheriano”, en la localidad de Villa Cura Brochero, ubicada en el  Valle de Traslasierra, donde vivió y trabajó durante muchos años José Gabriel del Rosario Brochero, el “Cura Gaucho”, que será beatificado por la Iglesia Católica el próximo 14 de septiembre.

El equipo desarrolla las últimas etapas del trabajo y está compuesto por docentes, egresados y estudiantes de la Escuela de Archivología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC: Daniel Di Mari, es el director del proyecto y profesor de la cátedra “Archiveconomía”; la co-directora es Ruth Gómez, docente de la cátedra “Descripción Documental”. Junto con ellos están Julio Melián y Armando Ríos, graduados de la UNC y profesores en la Universidad de La Rioja. También participan Rosa López, Jesica Gallardo Quevedo y Graciela del Valle Quevedo, alumnas de tercer año de la carrera de Licenciatura en Archivología.

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Daniel Di Mari y Armando Ríos, miembros del equipo de extensión de la UNC que trabajan en el Museo Brocheriano.

“Nosotros llegamos por la inquietud de una alumna de la escuela de Archivología que vive en Villa Cura Brochero y colaboraba con el Museo de manera ad honorem. Ella vio las condiciones en que se encontraba el archivo y la biblioteca y un día me encuentra y me dice ‘profesor, tenemos que hacer algo con esto”, cuenta Daniel Di Mari, quien junto con los otros miembros del equipo se puso rápidamente manos a la obra a través de este proyecto de extensión y contribuyeron con sus conocimientos profesionales.

De esta manera, todos se involucraron fuertemente en el trabajo y viajaron muchos días a Villa Cura Brochero, donde contaron con la colaboración de los miembros del Museo y de la Comunidad de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, quienes aportaron la información relevante en cuanto al material existente en el Archivo.

El lugar se encontraba en un estado edilicio delicado y la documentación no tenía el tratamiento archivístico adecuado, así que una intervención era lo único que podía garantizar la correcta conservación y que el archivo pudiera brindar servicios de acceso y difusión para investigadores, historiadores y pobladores.

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Parte del equipo en el lugar de trabajo.

“El material estaba sin ningún criterio de ordenación, así que el primer paso fue sacar esa documentación del sitio y llevarlo a un lugar apto, así que se va a crear un archivo, de hecho  ya está el lugar designado, y se adaptaron dos vitrinas que eran parte del mobiliario de la época para conservar la documentación”, cuenta Di Mari.

Después, se comenzó con el trabajo de clasificación de los documentos y se inventarió. Aunque no había necesidad de restauración, se colocaron todos los papeles en sobres especiales para evitar que se sigan deteriorando.

En este momento, el equipo se encuentra en la última etapa, que es la del control de todo lo que se ha realizado, para poder presentarlo a la comunidad durante el mes de noviembre, en las que se presentarán y darán a conocer la totalidad de los fondos documentales y el material bibliográfico existente en el Museo.

“La culminación de los trabajos por medio de charlas a la comunidad es propicia para generar el interés de los ciudadanos a visitar el Museo, específicamente el archivo y la biblioteca, para comprender la importancia de la recuperación de la memoria contenida allí”, dicen.

También, la recuperación de este material es de suma importancia tanto para la sociedad como para los investigadores, archiveros, bibliotecólogos, historiadores, antropólogos y sociólogos.

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Parte del material del archivo del Museo Brocheriano.

Un tesoro escondido
Entre el material que se encontraba en las cajas, los investigadores encontraron mucha documentación sobre la vida del Cura Gaucho, algunos manuscritos y cerca de 700 fotografías que no se conocían. “Todo  tiene mucho valor, pero si los comparamos las fotografías tienen más que lo escrito. Esas fotografías tienen un valor incalculable porque son originales de Brochero y muchas no se habían publicado nunca”, señala Di Mari.

En el caso de los documentos en papel, el equipo procedió a separar por clases la documentación, pero se encontraron con que no había muchos originales. La mayoría eran fotocopias. “De todas maneras tienen mucho valor, porque no sabemos bien donde están los originales. Están la partida de bautismo y de defunción del Cura originales, pero el resto, como la partida de nacimiento, son copias”, agrega el director del proyecto.

Entre los papeles que tienen más valor histórico, se encuentran numerosos recortes de diarios, de La Prensa, La Nación, La Voz del Interior y El Eco de Córdoba y los escritos desde cuando se empezó a solicitar la beatificación. Allí también están todos los documentos contables del colegio y los registros de las personas que iban a estudiar. Además, se halla una compilación de cartas transcriptas a máquina, donde están sus comunicaciones con el gobernador y se hablaba del camino de las Altas Cumbres.

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El Cura Brochero y un grupo de personas trabajando en la realización de un camino en Traslasierra.

La mayoría de este material se empezó a recopilar mucho después de la muerte del Cura Brochero. Se calcula que fue  a fines de la década del 50 y principios del 60, cuando se crea el Instituto Brocheriano en Buenos Aires y se estrena la película “El cura gaucho”.

Sin embargo, las fotografías son más antiguas y todo hace referencia a la obra de Brochero en lo que por entonces se conocía como Villa del Tránsito.  “Hay algunas en las que él está trabajando cuando hacían los caminos, fotos de las capillas que visitaba, las tandas de ejercicios, que eran grupos de personas que iban a hacer ejercicios espirituales e incluso hay una en la que el Cura Gaucho está en medio de toda la tanda. Además hay de la plaza principal, del Cristo blanco, de las primeras mujeres que fueron a estudiar y otra del vendaval de 1890 que voló el techo de la capilla”, aclara Armando Ríos, el encargado de llevar adelante el trabajo de recuperación de las fotografías, que también transita su fase final.

Después del inventario, la clasificación temática y la investigación para clarificar de qué se trata y de las personas que aparecen en las 700 fotos, ahora se está llevando a cabo la digitalización para conservar el original.

El Cura Gaucho

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Grupo mujeres de la Casa de Ejercicios.

“Esto trasciende lo religioso, porque si bien el pueblo tiene su sentir sobre el Cura Gaucho, él ha llevado el progreso a Traslasierra, ha sido parte fundamental de la historia de Villa del Tránsito tanto en el aspecto doctrinario de la Iglesia Católica, como en los trabajos realizados en el desarrollo de la localidad y la zona”, afirman Di Mari y Ríos.

Brochero había nacido en Villa Santa Rosa, en el departamento Río Primero, en 1840. En 1866 fue ordenado sacerdote en el seminario Nuestra Señora de Loreto y tres años después asumió el Curato de San Alberto, que incluía los poblados de Traslasierra. Allí construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, además de una casa para religiosas, un colegio de niñas y una residencia para sacerdotes.

“No había agua en  el pueblo y lo primero que hizo fue una acequia desde el río hasta la plaza; después proyectó un acueducto y el trazado de un ramal ferroviario que no llegó a ver. Hay muchas fotografías con la sotana enrollada y arremangado, trabajando a la par de la gente.  Por eso, este trabajo de extensión surgió por la inquietud de poder colaborar, pero no necesariamente porque nosotros fuéramos religiosos. Nosotros sentíamos que la misión de la Universidad era colaborar con esta documentación que se podía perder, más allá de la religión que pueda tener cualquiera”, concluye Di Mari.

Enfermo de lepra y con una progresiva ceguera, abandonó el curato en 1908 y se fue a Santa Rosa con sus hermanas. Sin embargo, volvió a Villa del Tránsito por el pedido de sus feligreses, donde murió el 16 de marzo de 1914, a los 74 años, en lo que hoy es el Museo Brocheriano.

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3 comentarios

  1. Felicitaciones al equipo de profesionales!
    Excelente ejemplo de trabajo multidisciplinario, profesional y con una meta loable y clara.
    Gracias a Alfilo por dedicar espacios a la difusión de estas noticias.

  2. Felicitaciones a todo el equipo y muchas gracias por contribuir a la preservación de nuestro patrimonio, particularmente, de la obra de Brochero. ¡Muchas gracias!

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