Venezuela y Haití viven en Ciudad Universitaria

10Avanzar hacia una mayor integración regional fue el espíritu que impulsó el renombramiento de dos pabellones y un auditorio en Ciudad Universitaria. El acto se concretó el 21 de agosto de este año, cuando la Facultad de Filosofía y Humanidades designó con el nombre de República Bolivariana de Venezuela a la Casa Roja, y Presidente Hugo Chávez al Auditorio de ese Pabellón. En la misma ceremonia, la Facultad de Artes otorgó el nombre de República de Haití, al Pabellón Francia Anexo.  El canto emotivo de Cecilia Todd le imprimió el tono y  la calidez necesaria a una ceremonia donde la cultura, el peso de las tradiciones y las luchas libradas por cada país, se enmarcaron bajo la idea de habitar y sentir América Latina como la Patria Grande.

La luz cálida de un sol primaveral, presagiaban una tarde distinta en los predios de la Universidad Nacional de Córdoba. El primer encuentro se produjo alrededor de las 18 horas, en el Pabellón Residencial de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Los principales anfitriones: Silvia Barei, vicerrectora de la UNC, Diego Tatián, decano de la FFyH, junto a Dardo Alzogaray, vicedecano de la Facultad de Artes. En representación de la República de Haití, se hizo presente el vicecónsul en Córdoba, Claude Volcy, y desde Venezuela, Alfonso Ocando, primer Secretario de la Embajada, junto a la cantante del mismo país, Cecilia Todd.

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La cantante venezolana Cecilia Todd, lleva su tradicional cuatro en la espalda, mientras recorre Ciudad Universitaria.

“La  primera vez que visité Córdoba fue en noviembre de 1975, invitada por Radio Universidad”, recordó la artista venezolana, mientras endulzaba su café. “Había fallecido Agustín Tosco” precisó de manera oportuna, como quien desanda una trayectoria en fina sintonía con hombres y mujeres que por sus luchas, logran ocupar un lugar destacado en la historia. Durante la breve reunión Cecilia Todd hizo también alusión al duro hostigamiento mediático que sufre hoy el gobierno de Venezuela, y narró más de una anécdota pintoresca, donde cualquiera podía advertir que, sin pasar por alto los matices propios de cada cultura, las realidades de los países de América Latina están atravesadas por más semejanzas que diferencias.
Antes del llegar a la formalidad del acto, la comitiva hizo un breve recorrido a pie por los pabellones que a partir de esa fecha tomarían nuevos nombres, hasta que ingresaron al ahora Auditorio “Presidente Hugo Chávez”, donde fueron recibidos por un público numeroso, integrado en su mayoría por jóvenes estudiantes.

“Por la libertad y la dignidad humana”

“Los nombres definen a las culturas y tienen tanto una proyección histórica, como una construcción en el presente y el futuro”, expresó Silvia Barei, vicerrectora de la UNC, al señalar la importancia simbólica que cobra esta nueva denominación en los espacios académicos universitarios. Además, remarcó que “alentar el proceso de integración entre los países de Latinoamérica” representa un sello distintivo de la actual gestión.

Por su parte, el vicecónsul de Haití en Córdoba, Claude Volcy, agradeció el homenaje de la Universidad Nacional de Córdoba, institución cuyo prestigio, dijo, “excede las fronteras y representa un faro en América Latina”. Recordó, además, que su país fue pionero en librar la guerra por la independencia dentro del continente, gesta a la que calificó como “decisiva para el conjunto de Latinoamérica”. Al finalizar expresó que el hecho de designar con el nombre de su país a un pabellón universitario establece “un acto de justicia para el pueblo haitiano” y dedicó el homenaje “a todos los esclavos que dieron su vida por la libertad y la dignidad humana”.

Hombres como él no se mueren, se siembran”

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El embajador de Haití, Claude Volcy escucha las palabras del Alfonso Ocando, Primer Secretario de la Embajada de Venezuela en Argentina.

Alfonso Ocando, primer Secretario de la Embajada de Venezuela, participó con la lectura de una carta especialmente enviada por el embajador de su país, Carlos Martínez Mendoza. En el documento se destacó el gesto de los nombramientos como símbolo de unidad entre ambos países. “Sobre todo para las nuevas generaciones de estudiantes que ingresarán a esta casa de estudios, llenos de sueños y ávidos de conocimiento. Más aún porque son ellos quienes continuarán, profundizarán y consolidarán el sueño de la integración latinoamericana”, expresó. La esquela también hizo referencia a cómo esa cercanía se había profundizado “con la llegada al poder del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías”. Se precisó que entre 1972 y 1997 sólo se habían suscrito 15 instrumentos de cooperación entre Argentina y Venezuela, y que a partir de 2003 la cantidad de instrumentos suscritos superaba la cifra de los 200 acuerdos. En ese contexto, se recordó a la figura de Néstor Kirchner calificándolo como “un patriota latinoamericano que trabajó sin descanso para ver realizado el sueño de la Patria Grande”. Se agradeció especialmente el hecho de haber nombrado al auditorio como Presidente Hugo Chávez, “visibilizando y preservando en la memoria de quienes lo transiten, su legado de gran contenido humanista y latinoamericanista”. “Hombres como él no se mueren, se siembran”, enfatizó en la lectura y hacia el final remarcó: “su legado seguirá sembrado en la mente y los corazones de quienes luchan, día a día, por la construcción de un mundo más justo y humano”.

El público respondió con un encendido aplauso y de manera espontánea se auguró un “Viva Chávez”.

Luego fue el turno del vicedecano de la Facultad de Artes, Dardo Alzogaray, quien entendió que las nuevas denominaciones se inscriben en un enfoque que viene creciendo dentro de la UNC, que tiene como eje  pensar de otra manera América Latina. Se explicitó orgulloso del cambio propuesto por su unidad académica y subrayó el impacto simbólico que conlleva incluir el nombre  de  República de Haití en un espacio físico dentro de la Ciudad Universitaria de Córdoba.

Las huellas de un palimpesto”

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De izquierda a derecha: Alfonso Ocando y Cecilia Todd (Venezuela) junto al decano de la FFyH, Diego Tatián en la puerta del Auditorio «Presidente Hugo Chávez».

“Viejos edificios con una larga memoria y nuevas casas de estudio forman de algún modo un palimpsesto, un conjunto de capas superpuestas de significados culturales que conserva las huellas y las voluntades de las generaciones que poblaron sus aulas” expresó Diego Tatián en la lectura pausada de un texto personal, cargado de humanismo. El escrito hizo referencia al espíritu de “internacionalismo” con el que había sido construida la Ciudad Universitaria en los años 50. “Por ello sus pabellones llevan nombres como México, España, Chile, Perú, Francia”, explicó. “Un espíritu que persiste y adopta ahora una dirección latinoamericanista. ¿Por qué? Porque tal vez, por primera vez en su historia, muchas naciones latinoamericanas han encontrado el camino de la integración y ofrecen de ese modo a la humanidad una gran contribución cultural, social, económica y política” dijo.  Cuando mencionó a la revolución que protagonizó el pueblo de Haití, entre 1791 y 1804, la destacó no sólo por ser la primera lucha independentista de América Latina, sino también por ser la más radical y la única revolución triunfante hecha por esclavos en la historia de la humanidad. “El inicio de una Latinoamérica libre está Haití”, puntualizó. Al hablar de Venezuela, y del presidente Hugo Chávez, los ubicó como el símbolo “de la unidad continental que muchos presidentes están sosteniendo quizás, por primera vez, de manera efectiva”. Y en ese contexto sostuvo que “No habrá emancipación política y económica en un solo país. No habrá democracia duradera en un solo país. Sólo vamos a poder transitar con éxito un camino hacia la igualdad si lo hacemos todos juntos”.

Una arista exacta

“Cecilia es una artista fundamental para todos nosotros”, fue la definición que expresó el decano de Filosofía al presentar a la cantante venezolana. “No sólo por la belleza de su trabajo de artista, sino porque ha encontrado un lugar exacto, que todos, quienes trabajamos con otras cosas, con las ideas, con las palabras sin música, con la literatura o las artes visuales, quisiéramos encontrar”.

La mujer, menuda y de mirada serena, se mostró emocionada. Y minutos antes de tomar su cuatro venezolano para interpretar, de un modo intimista y generoso, canciones clásicas como Pajarillo Verde, Gaita Margariteña, El cantar tiene sentido, o Acidito, – esta última en expreso homenaje a Chávez – , al referirse a la realidad política y cultural que vive hoy el continente, expresó: “Estamos siendo, cada vez más, una tierra independiente y soberana. Chávez tuvo mucho que ver con esto, él prendió la mecha, junto a otros hombres como San Martín, Bolívar, Artigas, que estuvieron luchando por este sueño latinoamericano: la Patria Grande”.

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