Sin fronteras

El buen momento del cine cordobés

 

Rosendo Ruiz y Rodrigo Guerrero son egresados del Departamento de Cine y TV y directores de “De caravana” y “El invierno de los raros”, respectivamente. Mariano Luque, estudiante de quinto año, participó en el Festival de Cannes, en la sección Cinéfondation, con su película “Salsipuedes”. Aquí, hablan sobre el boom del cine en Córdoba y su paso por la Universidad.

Dos generaciones de cineastas cordobeses. Mariano Luque y Rosendo Ruiz. Rodrigo Guerrero, ausente con aviso

El cine de Córdoba está pasando por un buen momento y muchos protagonistas son egresados y estudiantes del Departamento de Cine y TV de la Escuela de Artes. Este año se presentó “Cine Cordobés”, un sello que se encarga de distribuir las películas producidas en esta Provincia y que ya cuenta con tres largometrajes, estrenados en el mes de abril: “De caravana”, de Rosendo Ruiz, “El invierno de los raros”, de Rodrigo Guerrero e “Hipólito”, dirigida por Teodoro Ciampagna.

De estos autores, Ruiz y Guerrero se recibieron en la FFyH. El primero, es el director de “De caravana”, un policial que transcurre en los bailes de la Mona Jiménez y que cuenta con la participación del “cordobés más famoso”. La película ya marcó todo un record en la incipiente industria cinematográfica local con casi 10 semanas en cartel y más de 10 mil espectadores. “Estoy sorprendido. Hay funciones agotadas. El público de Córdoba era un desafío y me daba miedo el estreno aquí”, dice Rosendo, que nació en San Juan y desde muy chiquito se vino a vivir a la capital mediterránea con sus padres.

“De caravana” obtuvo  el premio del público en el Festival Internacional de Mar del Plata, en el que hacía 25 años que no ganaba una película argentina. “Hay varias escenas que son muy cordobesas y ahí se tensionan los límites. Sabía que eran las que me iban a criticar, pero también son las que más le gustan al público cordobés. Siempre me doy una vuelta por los cines para ver si ponen los afiches y los banners, y me gusta ver las reacciones de la gente. Hay muchos momentos que la gente festeja y hasta aplaude. Me parece que hay una identificación grande con lo cordobés, por la razón de que no hay mucho cine cordobés. Esta es la primera película que muestra algo muy contemporáneo de Córdoba”, señala.

Rodrigo Guerrero, director de El invierno de los raros, en pleno rodaje. (gentileza R.G.)

Por otro lado, Rodrigo Guerrero, director de “El invierno de los raros” nació y se crió en la ciudad de Córdoba y desde muy pequeño empezó a hacer teatro. Aunque pensaba que ese sería su futuro, en los últimos años del secundario participó como actor en un corto de estudiantes de Cine y cambió de rumbo. “Algo de esa experiencia me cautivó tan profundamente que dos años después estaba entrando en la carrera de Cine y TV”, recuerda. A principios del 2008 obtuvo su título de Licenciatura, un año antes de empezar a rodar la película, que tuvo su estreno internacional en el festival de Rótterdam (Holanda), en una de las secciones más importantes Bright Future (Futuro brillante), un lugar para los nuevos creadores.

El largometraje cuenta la historia de seis personas que están en la búsqueda de un amor en un pequeño pueblo del interior. La película fue filmada mayormente en Oliva y cuenta con la participación de los reconocidos actores Luis Machín y Lautaro Delgado. “Guerrero es y será un cineasta a tener en cuenta”, afirma el crítico Roger Koza en su columna del diario La Voz del Interior.

Finalmente, Mariano Luque, de 24 años, es estudiante de quinto año del Departamento de Cine y TV y ya exhibió parte de su trabajo de Licenciatura en el Festival de Cannes (Francia). La película fue una de las pocas latinoamericanas presentadas allí.
“Salsipuedes” es un mediometraje (que finalmente para la tesis se convertirá en un largo) ambientado en Villa Berna que toca el tema de la violencia de género y relata la historia de una pareja que se va de camping a un bosque, donde reciben la visita de la madre y hermana de ella que enturbian la belleza natural del lugar. La obra cuenta con las actuaciones de Mara Santucho, Marcelo Arbach y Mariana Briski.

La sección Cinéfondation está destinada a las escuelas de cine de todo el mundo y es la primera vez que una universidad pública y estatal de Argentina es seleccionada para participar. Esto les abre las puertas a los otros estudiantes del Departamento de Cine y TV para el año que viene, ya que los organizadores tienen en cuenta a las escuelas que participan en la edición anterior.

Si bien “Salsipuedes” no ganó, Mariano tuvo la posibilidad, junto con parte del equipo, de estar en esa gran fiesta del Cine y ver a las figuras que cada año se dan cita allí, como Pedro Almodóvar y Kim Ki-duk, entre otros. Además, el presidente del jurado fue Michel Gondry y entre los miembros estaba Corneliu Porumboiu, un director rumano admirado por Luque. “Fue increíble”, dice Mariano. El Consejo Superior de la UNC, el INCAA y el Consejo Provincial de la Mujer los apoyaron para poder participar en el prestigioso festival.

 - ¿Cómo se ve o cómo trataron de mostrar "lo cordobés" en sus trabajos? ¿Creen que existe esa marca en las películas que se hicieron últimamente?
- Rodrigo Guerrero: En primera instancia puedo decir que, a mi modo de ver, cuando consideras una película como una obra artística o de intenciones mayormente artísticas, es inevitable que hable de su autor, de su espacio y de su tiempo. Y en ese sentido creo que en El invierno… hay un tempo y una cadencia que es más del interior que de una gran ciudad. No creo que sólo con elementos localistas fuertes se logre la pertenencia a un lugar. Y en ese sentido, las marcas o huellas de lo cordobés son sumamente variadas en las producciones recientes. Y en lo personal es lo que más celebro.

- Mariano Luque: En nuestro caso, no tratamos de subrayar ni de decir vamos a hacer algo cordobés, sino que sea llevado de modo natural. Tratamos de no forzar absolutamente nada.

- Rosendo Ruiz: No tratamos ni de rescatarlo ni de sacarlo, porque mucha gente dice “vamos a hacer algo neutro” o “no metamos muchas cordobeseadas”, pero tampoco queríamos exagerarlo. La idea es que se note la localía. Hablamos como hablamos, no hay que ocultarlo. Muchos actores en “De Caravana” no son profesionales y buscamos su naturalidad.

- M.L.: En mi caso, para escribir el guión, en los diálogos, sí buscaba esa cuestión metafórica que suelen usar los cordobeses y aprovechar esa riqueza que tiene el lenguaje.

- R.R.: Nuestra temática era 100 por ciento cordobesa y pensamos que si traíamos un actor de Buenos Aires algo se iba a romper. Todo el equipo técnico y los actores son cordobeses. Sin embargo, está buenísimo trabajar con gente de Buenos Aires, porque es muchísimo el enriquecimiento.

- ¿Creen que hay un boom del cine cordobés en este momento, con todo lo que está pasando con “El invierno de los raros” y “De caravana”, sumado a los premios y participaciones de varias películas en festivales, como Salsipuedes?

R. R.: Yo siento que con “De caravana” hubo una apropiación por parte del público. La gente aplaudía que haya una semana más de funciones y todavía no había visto la película. Está bueno que hayamos penetrado en las salas comerciales, con otro público y otro mecanismo. Realmente es una conquista. Yo lo siento así. Es como una causa provincial, pero no por esta película, sino por el cine cordobés. Está bueno que de vez en cuando tengamos una película cordobesa con éxito.

R.G.: Creo que están pasando más cosas al mismo tiempo y eso puede dar la sensación de un boom. Creo fervientemente que es un momento importante para el cine cordobés, de eso no hay dudas. Pero lo veo más como un momento bisagra que tenemos que saber aprovechar para que la plataforma de lanzamiento de una producción audiovisual más industrial sea realmente firme y estructural.

R. R.: También hay otra forma de hacer cine y, películas que no fueron hechas de forma industrial puedan terminar en una sala. Creo que ahora pelis como Yatasto o Salsipuedes pueden ir a una sala del (Gran) Rex o del Dino. Creo que se ha hecho una grieta.
M.L.: Eso tiene que ver con la democratización y el acceso a la maquinaria para hacer cine. Yo pude editar en mi casa, una cosa que hasta hace 10 años era imposible y en calidad HD.

R.R.: No es un boom casual, se viene remando hace mucho. Hay productores, hay equipos y tendríamos que hacer más de 10 películas por año. Sólo por dos cosas tuvimos que ir a Buenos Aires: para la mezcla final del sonido y para pasar la película de digital a 35 milímetros, todo lo otro lo pudimos hacer acá. Y no es azaroso que haya salido bien la película. No fue casualidad, hay profesionales atrás de todo esto.

M.L.: Además está bueno mirar lo que está pasando con el cine de Córdoba no como un boom o como algo extraordinario, sino como lo que debe ser y que no debe pasar sólo con Córdoba, sino que hay que federalizar un poco y que lo mismo pase en otras provincias porque más del 80 por ciento de la producción que se hace desde Argentina es de Capital Federal.

R.G.: Entiendo que esto que estamos viviendo es el resultado de una confluencia de circunstancias diversas, entre las que me animaría a destacar una voluntad política nacional y provincial y una nueva generación de realizadores y productores que, frente a esta promesa, optaron por quedarse en Córdoba y trabajar arduamente para sentar las bases de algo que puede ser mucho más grande. También es el resultado de una progresiva y creciente tradición en materia de cortometrajes ficcionales y documentales cordobeses que hace varios años vienen recorriendo los principales festivales de cine del país y del mundo.

Backstage de El invierno de los raros. (gentileza R.G.)

- En este sentido, ¿ven alguna especie de reconocimiento del público, la crítica y el periodismo a los cineastas cordobeses?
R.G.: Afortunadamente sí, en todos los sentidos. Creo que logramos que la prensa en general se apropiara de este nuevo cine cordobés y que el espectador medio, el público común que habitualmente consume cine comercial, tomara conciencia de que existe un cine realizado en Córdoba, películas diversas, de notable calidad técnica y artística.
M.L: Sí, aparte todo el trabajo se va dando no sólo por la producción o la realización, sino que son varias instancias que tiene el mercado, como los críticos locales y los medios para que hagan mover esto. Es un mecanismo que se tiene que ir formando y eso está pasando.

- ¿Qué opinión les merece que hoy el Estado aparezca como el "inversor" del cine, a través de las políticas del INCAA o la Secretaría de Cultura en Córdoba?
R.R.: Es una situación bastante rara, pero por suerte en la cancha aparecieron todos los jugadores que tenían que jugar, para que a partir de ahora se pueda hacer cine de una forma más industrial. Es como que está todo dado, depende de nosotros que todo esto continúe. Para estas tres pelis (De Caravana, El invierno de los raros e Hipólito) se creó un plan de fomento en el cual el Gobierno de la Provincia de Córdoba nos prestaba la plata. Una vez que se estrenaban, el INCAA le devolvía el dinero al Gobierno. Pero si no nos poníamos nosotros a armar este plan de fomento para que esté articulado con el Instituto y pudiera funcionar, no se podían hacer. Ahora estas tres películas la devuelven y sirve para financiar a las otras que ya vienen.

R.G.: Lo considero indispensable para que las piezas se acomoden. Si bien creo que sería importante que de acá a unos años las fuentes de financiación no sean únicamente los subsidios del INCAA o de la Secretaría de Cultura de la Provincia, es muy difícil desligar al Estado de su responsabilidad con el desarrollo y la promoción del arte y la cultura, fundamentalmente para que no se desvirtúen por las leyes del mercado.

- ¿Cómo recuerdan su paso por el Departamento de Cine? ¿Les sirvió para realizar sus obras?
R.G.: Uff! Muchísimas cosas, pero fundamentalmente la gente, las instancias de rodaje y los profesores que me marcaron. Creo que hay un momento donde confirmás si el cine es a lo que vos querés dedicar tu vida o no. Y los rodajes que antes eran sólo responsabilidades académicas pasan a ser algo más. Empezás a querer decir o transmitir cosas de verdad. Y las experiencias son tan intensas que querés volver a vivirlas una y otra vez. Recuerdo mucho ese momento en el que algo me hizo clic. En ese momento podés pensar dos cosas: que estás perdido o que sos un agraciado. Depende cómo se mire. Podés caer en renegar por lo difícil que es, porque siempre cada proyecto implica un volver a empezar, porque el rédito económico cuesta muchísimo, etc.… Pero también podés asumir lo anterior y ser perseverante y paciente, entendiendo que sos un ser privilegiado que nunca sabrá lo que es experimentar el trabajo desligado de al menos un mínimo condimento de pensamiento, placer y deseo. Opté por lo segundo y ¡esperemos todo salga bien!

R.R.: Yo cursé en los 90 y lo bueno fue que nos juntó a gente que nos gustaba lo mismo. Trabajé con Liliana Paolinelli y Santiago Loza, que eran los que estaban más adelantados. Ellos se fueron porque acá no existía nada y el Departamento de Cine era muy precario. Lo bueno es que junta a gente que le gusta lo mismo que a vos y promueve esa inquietud, pero aprendí más de cine viéndolo que viniendo a la Facultad.

M.L.: De eso te vas dando cuenta a medida que pasan los años. Ir a la Facultad no es la única puerta que hay, sino que también hay que ver muchas películas y tratar de ir a rodajes y entrar en la práctica siempre que puedas. La cantidad de estudiantes que vienen a estudiar cine en Córdoba es muy grande y la perseverancia te ayuda y los que tienen la idea fija son los que van trabajando, más allá de una cuestión de talento.

R.R.: Sin embargo hay materias que me gustaron mucho. Hay otras que a muchos estudiantes no les gustan porque no tienen nada que ver con el cine, como Psicología, pero a mí me gustaron y te dan una formación más completa. Nos ayudan en el guión y el contenido.

Trailer Salsipuedes:

Trailer De caravana:

 

Trailer El invierno de los raros:

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